Entrega de documento de ApV en la embajada de Berlin
EMBAJADA ARGENTINA, BERLÍN: Durante el acto conmemorativo realizado el
23.03.2016, los compañeras/os de ApV-Alemania le entregan al Ministro Luis
Aspiazu el documento oficial de Argentinos para la Victoria sobre el
aniversario del golpe cívico-militar de 1976 y la carta de presentacion al
nuevo embajador Luis María Kreckler.
Unidos por la Memoria, la Verdad y la Justicia
A 40 años de la Dictadura Cívico-Militar en Argentina decimos: Nunca más!
La Dictadura Cívico-Militar más cruenta en la Argentina se inicia el 24 de marzo de 1976 y concluye con el retorno a la Democracia en diciembre de 1983. El así llamado "Proceso de Reorganización Nacional“ consolidó el Terrorismo de Estado en la Argentina y justificó el secuestro, la tortura y el asesinato de miles de ciudadanos, así como el robo y la apropiación ilegal de bebés, muchos de ellos hoy adultos que continúan privados de su derecho a la identidad. Junto al doloroso desgarramiento social, el gobierno de facto socavó la economía y la soberanía nacional causando un severo daño a la República que cuarenta años de historia no logran aún saldar.
La Dictadura Argentina, que violentó y ocultó los cuerpos, instauró la figura del DESAPARECIDO, alguien que -en palabras del dictador Videla- “No tiene entidad: no está ni muerto ni vivo; está desaparecido“: personas a las que se les robó la vida y también la muerte. Un término que hoy nos remite a la persecución ideológica, las detenciones ilegales, los tormentos físicos y psíquicos, los campos de concentración y el asesinato impune; a la disolución del Parlamento, la prohibición de partidos políticos y sindicatos, la censura, y más tarde también a la búsqueda de la verdadera identidad, de la reparación histórica y a la lucha por las conquistas sociales de los sectores más postergados.
Hoy, cuarenta años después de tan nefastos hechos, continuamos exigiendo y construyendo Memoria, Verdad y Justicia. Convocamos a un Acto por la Memoria en conmemoración de las víctimas del Terrorismo de Estado y por la plena vigencia de los derechos humanos en la Argentina, que en la última década y con el impulso a los juicios por los delitos de lesa humanidad, adquirieron el carácter de una política de Estado de referencia mundial.
Homenajeamos a las organizaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a la Asociación H.I.J.O.S, y a la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP), presidida entonces por Ernesto Sábato y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. La lucha incansable de los organismos de Derechos Humanos para el esclarecimiento de los crímenes cometidos por la Dictadura Cívico-Militar, hizo posible la condena de 526 represores en juicios con todas las garantías constitucionales del debido proceso judicial; logró la restitución de la identidad de 119 hijos y nietos que habían sido apropiados ilegalmente de un total aproximado de 500 bebés secuestrados; constató la identificación, por parte del equipo argentino de antropología forense, de restos humanos en fosas comunes para determinar el destino final de miles de personas de los 30.000 desaparecidos que, se estima, dejó la dictadura. Entendemos que esta etapa reparatoria que se inició con el gobierno de Raúl Alfonsín y se constituyó en política nacional durante los gobiernos de Néstor Kichner y Cristina Fernández, debe seguir sosteniéndose y profundizándose en lo sucesivo para la derrota definitiva de la impunidad y la construcción de una sociedad genuinamente justa y democrática.
Unidos por la Memoria, la Verdad y la Justicia
A 40 años de la Dictadura Cívico-Militar en Argentina decimos: Nunca más!
La Dictadura Cívico-Militar más cruenta en la Argentina se inicia el 24 de marzo de 1976 y concluye con el retorno a la Democracia en diciembre de 1983. El así llamado "Proceso de Reorganización Nacional“ consolidó el Terrorismo de Estado en la Argentina y justificó el secuestro, la tortura y el asesinato de miles de ciudadanos, así como el robo y la apropiación ilegal de bebés, muchos de ellos hoy adultos que continúan privados de su derecho a la identidad. Junto al doloroso desgarramiento social, el gobierno de facto socavó la economía y la soberanía nacional causando un severo daño a la República que cuarenta años de historia no logran aún saldar.
La Dictadura Argentina, que violentó y ocultó los cuerpos, instauró la figura del DESAPARECIDO, alguien que -en palabras del dictador Videla- “No tiene entidad: no está ni muerto ni vivo; está desaparecido“: personas a las que se les robó la vida y también la muerte. Un término que hoy nos remite a la persecución ideológica, las detenciones ilegales, los tormentos físicos y psíquicos, los campos de concentración y el asesinato impune; a la disolución del Parlamento, la prohibición de partidos políticos y sindicatos, la censura, y más tarde también a la búsqueda de la verdadera identidad, de la reparación histórica y a la lucha por las conquistas sociales de los sectores más postergados.
Hoy, cuarenta años después de tan nefastos hechos, continuamos exigiendo y construyendo Memoria, Verdad y Justicia. Convocamos a un Acto por la Memoria en conmemoración de las víctimas del Terrorismo de Estado y por la plena vigencia de los derechos humanos en la Argentina, que en la última década y con el impulso a los juicios por los delitos de lesa humanidad, adquirieron el carácter de una política de Estado de referencia mundial.
Homenajeamos a las organizaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a la Asociación H.I.J.O.S, y a la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP), presidida entonces por Ernesto Sábato y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. La lucha incansable de los organismos de Derechos Humanos para el esclarecimiento de los crímenes cometidos por la Dictadura Cívico-Militar, hizo posible la condena de 526 represores en juicios con todas las garantías constitucionales del debido proceso judicial; logró la restitución de la identidad de 119 hijos y nietos que habían sido apropiados ilegalmente de un total aproximado de 500 bebés secuestrados; constató la identificación, por parte del equipo argentino de antropología forense, de restos humanos en fosas comunes para determinar el destino final de miles de personas de los 30.000 desaparecidos que, se estima, dejó la dictadura. Entendemos que esta etapa reparatoria que se inició con el gobierno de Raúl Alfonsín y se constituyó en política nacional durante los gobiernos de Néstor Kichner y Cristina Fernández, debe seguir sosteniéndose y profundizándose en lo sucesivo para la derrota definitiva de la impunidad y la construcción de una sociedad genuinamente justa y democrática.